domingo, 28 de febrero de 2016

Ramón Xirau / A mon seul dèsir



Museo de Cluny (Paris)
Tapiz del s. XV


La Dama de Unicornio

Los trovadores ya murieron. Esta Dama 
esbelta libra gozos a la muchacha atenta.
No han muerto pájaros ni flores ni castillos
todos imagen.
El tejido del palacio -tela de lagos y de luces- 
se enhebra; no es palacio, es corona
indicadora punta de oro, inmóvil hacia el cielo.
¿Es el unicornio? Es su imagen, seguramente (...)
Aquí, en este país, tú, el unicornio
miras los gozos y recuerdos virginales?
La Dama esbelta mira, clara,
mira y no los ve.
¿Quién es? ¿Lo sabremos algún día? Leemos
aún góticas las tres palabras de oro
"Mon seul désir". ¿Eres el mundo del deseo?
No vuelan los pájaros clavados, y ya han muerto,
Petrarca, los trovadores, los Minnesánger.
La Dama es alta y delicada y rica
de flor y de oro y de todos colores
unidos, reunidos: la blancura.
Nada se mueve cuando el tiempo hechizado
se vuelve espacio.
¿Paraíso? ¿No sientes turbación
en esta paz de un silogismo gualda?
No, Dama, eso no es Paraíso, es Primavera.
No vive junto a ti un Adán inútil.
Los trovadores ya murieron, helados espacios bellísimos.
En el fondo de tus ojos maravillantes
un castillo invisible y los trovadores ya cantan
de milagroso modo en las albas visibles.

Ramón Xirau “Dicho y descrito”

Trad. de Andrés Sánchez Robayna

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