domingo, 14 de febrero de 2016

Mario Benedetti / Teatro de Epidauros



Arquitectura griega

S. IV a.C.


EXILIOS (La acústica de Epidauros)

Si se da un golpe en Epidauros
Se escucha más arriba, entre los árboles.
En el aire

Roberto Fernández Retamar



Estuvimos en epidauros veinticinco años después que roberto
y también escuchamos desde las más altas graderías
el rasgueo del fósforo que allá abajo
encendía la guía la misma gordita
que entre templo y templete
entre adarme socrático y pizca de termópilas
había contado como niarchos se las arreglaba
para abonar apenas nueve mil dracmas
digamos unos trescientos dólares de impuesto por año
y con su joven énfasis nos había anunciado
entre el asombro de cinco porteños
expertos en citas de tato bores
la victoria próxima y segurísima del socialista papandreu
estuvimos  pues en epidauros respirando el aire transparente y seco
y contemplando los profusos inmemoriales verdes
de los árboles que dieron y dan su espalda al teatro
y su rostro a la pálida hondonada
verdes y aire probablemente no demasiado ajenos
a los que contemplara y respirara polycleto el joven
cuando hacía sus cálculos de eternidad y enigma
y también yo bajé al centro mágico de la orquesta
para que luz me tomara la foto de rigor
en paraje de tan bienquista y sólida memoria
y desde allí quise probar la extraordinaria acústica
y pensé hola líber hola héctor hola raúl hola jaime
bien despacio como quien rasguea un fósforo o arruga un boleto
y así pude confirmar que la acústica era óptima
ya que mis sigilosas salvas no sólo se escucharon en las graderías
sino más arriba en el aire con un sólo pájaro
y atravesaron el peloponeso y el jónico y el tirreno
y el mediterráneo y el atlántico y la nostalgia
y por fin se colaron por entre los barrotes
como una brisa transparente y seca

“Primavera con una esquina rota”

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