Nocturno: Azul y plata - Chelsea
1871
Tate Gallery, London
La señora Monks, esposa del Vicario, se había acercado al puesto.
No había olvidado el incidente de su abrigo, y estuvo vigilando a Guillermo a
distancia desde que comenzó la venta.
-¡Qué señora más rara! –dijo-. Es todo
un carácter, ¿verdad? ¿has visto el precioso Whistler que ha traído para la
señora Lane?
A Guillermo le daba vueltas el cerebro.
-¿El... qué? -preguntó con
desmayo.
-El Whistler -dijo la señora Monks-.
¿No sabes quién era Whistler, querido? Fue un pintor y aguafortista que vivió a
finales del siglo pasado. El cuadro que ha traído la tía de la señora Lane es
un pequeño nocturno exquisito.
El cerebro de Guillermo giraba todavía
más de prisa al contemplar con el mayor asombro cómo la tía abuela Sara se
llevaba un extremo de la trompetilla a su oído y entablaba conversación con sus
vecinos. ¡Caramba! ¡No era de extrañar que no silbara!
Tía Sara sentíase plenamente satisfecha
de sí misma. Había recuperado su trompetilla y calentado las orejas de Huberto.
Cosa que había estado deseando hacer desde su llegada... Sus ojos se posaron en
Guillermo. Allí había otro niño... un niño simpático y sincero, no de esos que
roban las trompetillas de los sordos y los regalos a los puestos de Saldos para
gastar una broma. Guillermo, recién salido de manos de su madre, aparecía
pulcro y pulido, y esto le daba un falso aspecto de melancólica virtud. Después
de haberse desahogado tirando de las orejas de Huberto, tía Sara sentíase
generosa y derrochadora. Abrió su bolso y sacó seis peniques.
-Aquí tienes un pequeño regalo de Año
Nuevo, hijo mío -le dijo.
Guillermo se animó. Al fin y al cabo le
habían dado "algo" por la trompetilla... Decidió abandonar su carrera
de ladrón hasta saber un poco más de los Whistlers y cosas. Considerándolo
desapasionadamente, su mal propósito no había resultado mucho mejor que los buenos. Pero tenía los seis peniques... Aunque seis peniques eran menos que cien
libras, siempre eran mejor que nada.
Y mientras caminaba deprisa por la
carretera para ir a reunirse con los Proscritos, decidió pasarse todo el año
sin ningún propósito.