El auriga de Delfos
Cuando te vi no pregunté
con exactitud qué llevabas en las manos.
Inmediatamente sentí que conduces
algo de gran importancia; la excelencia
del carro del sol.
Tu atención no podía
centrarse entonces en nada
efímero y terrenal; algo de altura,
algo único parece que examinas.
Y mostraba tu serenidad
que exclusivamente para eso
habías nacido.
Athos Dimoulás
Ποιήματα (Poemas), 1951
Ποιήματα (Poemas), 1951
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