Cuadro 74
Expresionismo abstracto.
Expresionismo abstracto.
1959
Millares 1965
En Roma o en París,
Nueva York, Buenos Aires, Madrid, Calcuta,
El Cairo…
en tantísimas partes todavía,
hay arpilleras rotas,
destrozados zapatos adheridos al hueso,
muñones, restos duros,
basuras calcinadas,
hoyas profundas, secos
mundos de preteridos oxidados,
de coagulada sangre,
piel humana raída como lava difunta,
rugosidades trágicas, signos que acusan,
gritan,
aunque no tengan boca,
callados alaridos que lastiman
tanto como el silencio.
¿De dónde estos escombros,
estos mancos derrumbes,
agujeros en trance de aún ser más
agrandados,
lentas tiras de tramas desgarradas,
cuajados amasijos, polvaredas de tiza,
rojos lacre, de dónde?
¿Qué va a saltar de aquí, qué a suceder,
qué a reventar de estos violentos espantajos,
qué a tumbar esta ciega, andrajosa corambre
cuando rompa sus hilos, haga morder de
súbito
sus abiertas costuras, ilumine sus negros,
sus minios y sus calcios de un resplandor
rasante,
capaz de hacer parir la más nueva hermosura?
Ah, pero mientras tanto,
un “No toquéis, peligro de muerte” acecha
oculto
bajo tanta zurcida realidad desflecada.
Guardad, guardad la mano,
no avancéis ningún dedo los pulidos de uñas.
Ratas, no os atreváis por estos albañales.
Lívidos de la usura, pálidos de la nada,
atrás, atrás, ni un paso por aquí, ni el intento
de arriesgar una huella, ni el indicio de un ojo.
Corre un temblor eléctrico capaz de fulminaros
y una luz y una luz y una luz subterránea
que está amasando el rostro de tan tristes derribos.
Roma, 1965
Rafael Alberti
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