El
matrimonio Arnolfini
1434
Pintura
flamenca
Óleo
sobre tabla
National
Gallery de Londres
MATRIMONIO
II
Miro al Matrimonio Arnolfini,
y veo que el joven comerciante italiano
de Van Eyck
no era sacerdote ni soldado.
En un tiempo de Fe,
no le sonroja aparecer sin armas,
el rostro alargado y blando
en su dormitorio nupcial.
Medio judío, quizás,
recién casado,
y exiliado para mayor ventaja en
Brujas.
Su mujer está grávida;
él alza una mano
delgada y blanca tal su rostro,
elevada como una vela para
bendecirla...
sonriendo, henchida, floreciente...
Giovanni y Giovanna-
aun en época de disfraces,
parecen irradiar finura...
vestidos mejor que reyes.
El cuadro se parece demasiado a sus
vidas-
un entramado, hartas pequeñeces,
este dormitorio en el que todavía arde
una vela en el cirial,
y los melocotones se sonrojan en el
alféizar,
los zuecos altos que le sirven de
zapatillas
están en el suelo junto a los de ella,
más pequeños...
teñidos en sang de boeuf
para hacer juego con el dosel de la
impaciente cama conyugal.
Son rivales en simpleza y amor;
la mano de ella como una porcelana en
la de él,
su otra mano
en contacto con la cabeza del hijo en
su vientre.
Aguardan y rezan,
como si los aires del cielo
que soplaban sobre ellos cuando se
casaron
fueran ahora visita corriente,
no un milagro de luz
para el instante sacro del fotógrafo.
Giovanni y Giovanna
que sobrevivirá veinte años a él...
“Día a día”
Versión original
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