PIE PARA EL NIÑO DE VALLECAS DE VELÁZQUEZ
Bacía, Yelmo, Halo
Este es el orden Sancho...
DE
AQUÍ no se va nadie.
Mientras
esta cabeza rota
Del
niño de Vallecas exista,
De
aquí no se va nadie. Nadie.
Ni
el místico ni el suicida.
Antes
hay que deshacer este entuerto,
antes
hay que resolver este enigma.
Y
hay que resolverlo entre todos,
y
hay que resolverlo sin cobardías,
sin
huir
con
unas alas de percalina
o
haciendo un agujero
en
la tarima.
De
aquí no se va nadie. Nadie.
Ni
el místico ni el suicida.
Y es
inútil,
inútil
toda huida
(ni
por abajo
ni
por arriba)
Se
vuelve siempre. Siempre.
Hasta
que un día (¡un buen día!)
El
yelmo de Mambrino
-halo
ya, no yelmo ni bacía-
se
acomode a las sienes de Sancho
y
a las tuyas y a las mías
como
pintiparado,
como
hecho a la medida.
Entonces
nos iremos Todos
Por
las bambalinas:
Tú
y yo y sancho y el niño de Vallecas
y
el místico y el suicida.
León Felipe "Versos y oraciones de caminante.
Libro segundo"
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